lunes, 22 de noviembre de 2010

Tu momento y tu lugar

Dicen que la vida no se mide por los momentos que respiramos, si no por los que nos dejan sin respiracion. Pero a mi me faltan muchas mas unidades de medida, también pondria los momentos de dolor, los que te hacen forzar una sonrisa sin saber porque, los momentos en los que parece que el tiempo no existiera, o esos momentos donde todo encaja, donde todo va bien y sientes que en ese momento todo es perfecto.

Hay momentos en los que rodeado de gente de repente es como si salieras de ti y miras al mundo como si no importara, te sientes sereno y seguro, en esos momentos descubres que realmente eres tu, que todo esta bien, que el mejor sitio de este mundo es donde tu estés, porque si estas contigo mismo ya es bastante. Las cosas pierden importancia, el tiempo pasa lento y el viento sopla a tu espalda. Son esos momentos donde te das cuenta que ya encontraste tu sitio, que ya encajas, porque encajas dentro de ti y el resto del mundo no es tu problema.

Nos pasamos la vida fingiendo buscando un sitio donde encajar, donde pertenecer a algo mayor, para ello te disfrazas de modas, te encajas con calzador en moldes. Todo para no sentirte solo inventas una versión de ti mismo que pase la censura, recortas un poco por aquí y un poco por allá, buscando esos momentos de felicidad. Pero no llegan, ese no eres tu, con lo cual esa felicidad no es tuya.

Un día en cualquier barra de repente el mundo enmudece y en medio de ese silencio todo esta bien, en ese momento sabes que eres feliz, te da cuenta que perdiste la mascara hace tiempo, que el molde no pudo contenerte desquebrajándose, en ese momento sonríes y eso ya es eterno.



domingo, 21 de noviembre de 2010

El naufrago

La cabeza le iba a estalla, tenía mucho frió y la boca llena de arena. Cuando volvió en si no había un solo rincón que no le doliera, se encontraba aturdido y mareado, las olas le golpeaban con su impávido compás. Se levanto como pudo, no sabía donde estaba ni lo que había pasado. Lo ultimo que recordaba era que estaba en una fiesta en un barco de un amigo, que se lo estaba pasando demasiado bien, que llevaba un par de copas de más. No sabía como había llegado hasta allí, y mucho menos donde estaba, solo sabía que le dolía la cabeza, que tenía frió y que estaba totalmente mojado.

Se levanto como pudo, estaba en una playa, no se veía a nadie, estaba solo, miro al mar y no vio nada más que agua hasta el horizonte, chillo y chillo, el viento no le respondió. Estaba solo en un lugar desconocido y de repente empezó a tener miedo, el corazón le empezó a latir con tanta fuerza que le retumbaban los oídos. Empezó a ser consciente que estaba perdido, solo y sin nada a lo que aferrarse para pedir ayuda, se sentía confuso y empezó a marearse, como pudo se sentó,  empezó a llorar, tenía miedo, estaba totalmente aterrado sin saber que hacer o hacia donde ir, metió la cabeza entre las rodillas y lloro y lloro perdiendo la noción del tiempo hasta quedarse dormido.

Al despertarse se encontraba algo más sereno, el sentimiento de supervivencia acababa de despertarle. La noche sería fría, estaba mojado, necesitaba algo para calentarse y un lugar donde dormir. Fue a buscar leña y algunas maderas para intentar construirse un vivac. Seguía teniendo miedo, cada ruido le asustaba, veía fantasmas en cada sombra, en cada rincón. Como pudo recogió un poco de leña seca, transporto un tronco grande que había encontrado y con unas hojas de palmera se hizo un refugio donde poder pasar esa noche. Ahora venía lo difícil, hacer fuego, durante horas lo intento sin conseguirlo,  la noche ya había llegado y él seguía con la ropa mojada y sin nada para calentarse, aquella noche iba a ser larga.

La mañana trajo un cálido sol, que después de la gélida noche era la primera alegría que sentía, sus rayos por un momento le hicieron sentir bien. El resto del día intento buscar algo de comer, tenía hambre, encontró algunas frutas que parecían comestibles. Mejoro el vivac por si llovía no se mojara e intento volver ha hacer fuego sin conseguirlo, la noche volvió larga y fría.

Paso los días sobreviviendo, aprendió donde encontrar fruta, a hacer trampas para roedores, que se comía crudos, seguía sin saber hacer fuego. Un día explorando se encontró con algo que le estremeció. Había unas huellas en la arena que iban a lo largo de la playa. Su primer pensamiento fue seguirlas, pero se paro, ¿donde le llevarían esas huellas?, ahora tenía un lugar seco donde dormir y comida para alimentarse, y si no llevaban a ninguna parte. Una gran ola choco contra la playa devorando las huellas, dejando lisa la playa, aliviado pensó que no podía hacer nada, que había sido lo mejor. Dio media vuelta y volvió al vivac.

Los días siguierón pasando, pero ya nada fue igual, no se pudo sacar de la cabeza la idea de donde llevarian esas huellas, y si pudiera volver a casa siguiendolas, quien las habría dejado. Varias veces volvio al mismo lugar pero solo había la lisa playa que había dejado aquel día. Tenía frio seguía sin poder hacer fuego. Día tras día siguio pensando, pero siempre se decía lo mismo, era mejor asi, aqui tenía un refugio y comida.

Un día de repente le salto una idea, lo había estado haciendo siempre mal, así nunca iba a conseguir fuego, corriendo fue al vivac y lo volvió a intentar, de repente una pequeña chispa salto provocando una pequeña llama que el rápidamente avivo. Se paso el resto del día sentado al lado del cálido fuego  mirando el crepitar de las llamas. Se sentía vivo, por unos momentos no tenía miedo, sabía como hacer fuego. Coloco junto al fuego su ultima caza, esta noche comería algo caliento y cocinado, se sintió feliz.

Al levantarse, recogió las cosas que podía llevar, improviso una mochila con unas parras y fue al lugar donde había visto las pisadas aquel día. Allí estaban, sin vacilar piso sobre la primera huella haciendo que sus pasos recorrieran el camino.


sábado, 20 de noviembre de 2010

El camino recto siempre es el más dificil de seguir

No hay camino más duro en esta vida que el recto camino de lo correcto. Siempre es difícil tomar la decisión correcta y actuar en consecuencia, es mucho más fácil encontrar una escusa. Lo que nunca recordamos es que en el fondo sabes que es lo correcto y nos traicionamos a nosotros mismos siguiendo otro camino. Esas traiciones nos perseguirán siempre. Nunca nos podemos traicionar, porque cada vistazo en un espejo nos devolverá esas traiciones, nos podemos equivocar, somos humanos, se puede vivir con un error pero no con una traición.

Pero claro, ¿qué es lo correcto?, esa quizás es una de las preguntas más difíciles que se pueden hacer, aunque sinceramente la respuesta es quizás de las más fáciles. Para mi lo correcto es la decisión que se toma sinceramente, una vez has eliminado de la decisión tus miedos y tus egoísmos. Lo correcto es que me vaya, pero es que yo no me quiero ir, ya lo se, pero no te quieres ir porque te da miedo decirle que te vas, porque no quieres mirarle a los ojos y ver esa tristeza y ese dolor que tu creas. Sabes que esto no va a terminar bien, pero prefieres alargar una agonía ha hacer lo correcto y valientemente irme.

Hace un tiempo aprendí que me puedo equivocar, tengo ese derecho por ser humano, pero también tengo la obligación de equivocarme haciendo las cosas que sinceramente yo considero que son correctas, tomar mis decisiones sin que mis miedos, mis temores,mis egoísmos, ni mis perezas tomen parte, sin traicionarme a mi mismo, porque de esas traiciones nunca podre huir.

Yo soy yo mismo, y si me equivoco por ser yo, no hay mejor manera de equivocarme, pero si lo hago por no ser yo, me estaré traicionando,y eso no me lo voy a volver a consentir. Esta vida es tan largar que siempre nos volvemos a ver las caras, y cuando eso ocurra debes estar seguro que puedes mantener la cabeza alta y mirar a los ojos. Lo demás es almacenar cadáveres a tu espalda que poco a poco te pesan haciendo que tus pies se hundan cada vez más en el barro impidiéndote continuar.



Lo que pesa no es la derrota, es el saber que pudiste ganar pero que nunca hiciste lo suficiente, que sentiste miedo y eso te hizo perder.


domingo, 7 de noviembre de 2010

Mirar atras

Hay días, sobre todo domingos lluviosos por la tarde, donde uno detiene su carrera y se apoya en una roca a mirar el camino recorrido, pero es una mirada tranquila, observas los pasos dados que te han llevado hasta aquí. Cuando la soledad vieja compañera te visita y te dejas atrapar por su manto, en dias como ese calido y tranquilo miras atras al camino recorrido con una mirada tranquila sin hacer juicios, observando las decisiones tomadas con la pespectiva y la mirada que da el tiempo y la experiencia.

Hay veces que es necesario mirar hacia atras, ver de donde vinimos, saber donde queremos ir y reajustar el rumbo, porque hay veces que en nuestra carrera por avanzar acabamos por perdernos deribando poco a poco del camino que queriamos recorrer siempre viene bien mirar de vez en cuando al pasado pero sin rejuzjar las decisiones, tomamos las que tomamos porque pensamos que eran las correctas, intentamos hacer las cosas bien y no herir a nadie, no hay nada que reprochar, que nos equibocamos, somos humanos solo podemos aprender de los errores y no volver a tropezar con esa piedra.

El pasado nos recuerda sueños que tuvimos, que ahora podemos retomar y cumplir, amigos que tuvimos y que hace más de 10 años que no vermos, es una experiencia maravillosa volver a reencontrarse con ellos y comprobar que la amistad sigue intacta. Nos recuerda lo incierto del camino y las vueltas que puede llegar a dar.

El tiempo tiene la ventaja que cura las heridas y te permite llamar a una vieja amiga para quitarte de encima la pesada carga del reproche y el enfado, cuantas menos cargas se lleven encima más placentero sera el viaje.

Hay heridas que por reciente aun duele mirar, pero tranquiliza el saber que se curaran, que un día la esperanza dejara de reabrilarlas dejando que cierren para siempre. Los exitos y los fracasos del pasado ya no importan, no importa quien fuiste y lo que hiciste, solo importa quien eres y lo que haces en el hoy.

El pasado te recuerda que eres fuerte, que tu vales, saber quien fuiste te ayuda a saber quien eres ahora, pero sin recrearte, sabiendo que el pasado es inalterable que no te puedes castigar con algo que ya no puedes cambiar, solo queda aprender y continuar.Con el tiempo aprendes y eso es lo bueno de la vida, olvidar nunca soluciono nada.

Despues vuelves a mirar hacia delante más calmado, continuas tu camino más ligero, más seguro y confiado. El rio nunca cesa, el agua nunca es la misma ni tu tampoco.



P.D. Puede parecer contradictoria la entrada con la canción, pero como yo lo entiendo no lo es, la canción habla de no regocijarse en el pasado, de seguir hacia adelante aceptando las situaciones y no dejándose ir detrás de cantos de sirena. Y la entrada es una mirada al pasado sin regocijo sino como recordatorio y aprendizaje.