martes, 14 de febrero de 2012

La media naranja

Todo el mundo habla de la media naranja, alguien que encaje a la perfección contigo y te convierta en un todo, como si estando solo no eres un ser completo, únicamente eres una mitad. Entonces es cuando escucho, "pues con la mía alguien debió hacer zumo".

El romanticismo clásico nos habla de esa persona perfecta para nosotros que esta en algún lugar buscándonos, que el azar y el destino harán que se cruce en nuestro camino, demasiadas penelopes se quedaron esperando en un puerto, en una avenida de sauces. Demasiados caballeros se llenaron de polvo recorriendo polvorientos caminos en busca de su princesa desvalida. Sinceramente únicamente por estadística ya me parece incomprensible como dos personas se llegan a enamorar como para encima confiar en que únicamente existe una en todo el mundo que es "mi media naranja".

Si esto fuera EEUU denunciaría a Richard Gere, a Disney y a mas de un guaperas de Hollywood, porque seguro que con su sistema judicial me admitirían a tramite la denuncia. Los acusaría de habernos hecho creer que existen los impolutos príncipes azules, las virtuosas e inocentes princesas, con mundos perfectos y relaciones perfectas, la vida nunca es perfecta e ahí su magia y su emoción. Las cosas no siempre salen bien, ni hay posibilidad de reparar todos los errores cometidos, hay cosas que una vez rotas no se pueden volver a arreglar. Por eso son tan mágicos, porque se pueden terminar, porque tienes que vivir cada momento intensamente teniendo en cuenta que quizás sea el último.

No creo en medias naranjas, yo creo en piezas de un juego infantil, ese donde cada ficha encaja con otro tipo de ficha, creo que hay personas con las que simplemente encajas, sin forzar las cosas, de una manera natural, nada traumática. Creo en el amor verdadero, pero también creo que es ilimitado, haber amado a una persona no te impide volver amar a otra, con igual o mayor intensidad. No creo en que solo exista una persona que este destinada a mi, este mundo es tan grande y yo soy tan pequeño, me niego ha aceptar la idea que seguramente me quede solo o con alguien a quien no quiera de verdad simplemente porque el miedo me infundio las prisas de unirme a alguien por el simple hecho de no terminar solo. De que sirve vivir, parafraseando la canción, si no te tiemblan las piernas, si todo el mundo lo entiende, si no se te clava en el fondo, pedir menos que eso es pedir poco.


sábado, 21 de enero de 2012

A un metro

Toda distancia es relativa, estar a un metro del abismo puede ser mucho o sentir que estas a punto de caer. Allí estaba a un metro de su abismo, a un metro de esas densa columna de humo que se elevaba solido. Y claro un metro es mucho o poco, saltar o quedarse impasible, a esa distancia surgen muchas preguntas. Un hombrecito que paso por allí se definió como viejo y sabio, le dijo que era gilipollas, que ni era tan alto como creía ni tan rápido como pensaba, que aun tenía mucho que crecer, mucho que aprender. Las piernas temblaban, las mariposas revoloteaban incansables, cuanto tiempo sin notar esa sensación. Un metro es relativo, para el que se encuentra al borde suponen la vida, para el que se ve arrastrado es casi el final. Pero el estaba quieto, no había aire, no se movían las ramas de los arboles, ni se elevaban las hojas, todo era quietud y silencio, sobre todo silencio, ni siquiera oía el latir de su corazón, el respirar de sus pulmones, había cesado el ruido de su cabeza, y allí estaba a un metro del abismo, ¿sera suficiente o sera demasiado poco?. A pesar que todo parecía igual nada era lo mismo, se miro las manos, había callos nuevos, había visto el abismo antes y le había mirado a los ojos, le había hablado y le había intentado seducir, en aquel borde se forjo la espada, el escudo y el casco. Todo era silencio, no había ramas cruigiendo, sonidos de animales ni el bosque susurraba. Los pies le palpitaban, quería moverse, tenían miedo de estar quietos y que raíces del suelo salieran para capturarlos, para atraparlos por siempre allí.

Con la mañana nació una flor, con un leve susurro despertó de su capullo, con sus suaves colores, con su aroma fresco. Para entender cada arista de una flor, cada angulo, cada tono de color, cada aspereza y suavidad de su textura, para entenderlo es necesario conocer el camino que recorrió la semilla, cada ramificación de su raíz, cada anillo del tronco, al final todo tiene un porque aunque no se entiendan, todo tiene un origen, muchas veces oculto bajo capas y capas de tiempo.

Un metro, solo eso, pero parecía una inmensidad, parecía un campo de fútbol de oliver y bengi, la caza del horizonte, como contar las estrellas de la noche o perseguir una estrella fugaz a lo largo de la galaxia. Y sin embargo tan cerca, a solo un metro, apenas 10 decímetros, algunos centímetro y llegaba al borde, el canto de las sirenas comenzó, solo querían desorientarlo, que su barco varada en las rocas y se hiciera trizas. Las raíces amenaban a sus pies, por solo un metro. Selva todo lo demás.


martes, 8 de noviembre de 2011

Las palabras y el chi

El otro día me mandaron uno de esos powerpoints encadenados, con una agradable música de fondo, imágenes chulas y mensajes sacados de algún libro. Cada uno de los mensajes la verdad es que tenía algo que decir, pero sobre todo hacía incapie en las palabras y el silencio. Decía que cuando hablamos parte del chi se va con cada palabra, si no tenemos algo realmente importante que decir es simplemente energía perdida, y eso me dio que pensar.

Según la wikipedia: En la cultura china tradicional el (chino simplificado: 气, chino tradicional: 氣, pinyin: , literalmente «aire, aliento, disposición de ánimo», pronunciado "chi" [tɕʰi˥˩] en mandarín estándar) es un principio activo que forma parte de todo ser vivo y que se podría traducir como "flujo vital de energía".

Si es cierto que con cada palabra usada invertimos un poco de nuestra energía vital, la humanidad desperdicia una ingente cantidad de energía en cada momento. Eso me hace pensar en el uso que hacemos del lenguaje, como le atribuimos importancia a las palabras, tienen poder, que por otra parte es lógico si están compuestas de energía vital. Les damos demasiada importancia a las palabras, como ha dicho esto, como me afecta lo otro, somos nosotros los que hacemos que la energía que usa el de enfrente en hablar tenga un resultado. Sin embargo no solemos gestionar bien el poder que le damos a los demás, dejamos que el ego actue en innumerables ocasiones, les permitimos que nos ofendan, que nos hagan sentir inferiores, permitimos que la energía que usan active emociones negativas en nosotros, y a su vez nosotros utilizamos nuestra energía en defendernos de esos ataques, cuanto desperdicio. Nosotros somos los que damos el poder, nosotros dejamos que esa energía nos afecte. El silencio suele ser la mejor respuesta a la mayoría de las palabras, la lastima es que yo aprendí ha hablar desde muy pequeñito y desde entonces no he parado.

Sin embargo, como seres miedosos y débiles que solemos ser, dejamos que la energía negativa nos afecte e invertimos la propia en combatirla, pero nos volvemos de alguna manera impermeables frente a las palabras amables, al cumplido sincero. Una mala palabra nos provoca una reacción mayor que 10 buenas, no se si sera el sentimiento de conservación y supervivencia que nos hace estar alerta, o el propio miedo a que lo que digan sea verdad y no tenga excusas para recrearme en mis fingidas miserias, en lugar de enfrentarme al mundo con todas mis bondades, quedandome sin nadie a quien culpar. Aunque también puede ser que yo sea un exagerado.

Supongo que por eso me suelo molestar cuando hablo con alguien y no me hace caso, estoy invirtiendo energía de manera estéril, tendré que empezar a cuidar mucho más mis palabras, para que estas puedan dar paso a mis hechos.

domingo, 6 de noviembre de 2011

los pasos dados.


Ves hay ocasiones que sin querer uno olvida lo que sabe, es como cuando haces un examen y en terminarlo automáticamente se te olvida todo lo estudiado, hay veces que te desvías del camino que tu sabes que tenias que seguir, pero lo haces poco a poco, ahora un pasito a la derecha, ahora sigo recto, ahora otro más y poco a poco, te das cuenta que has llegado a un lugar muy distinto del que tenias que estar, y miras todos esos pequeños pasitos que poco a poco fuiste dando y piensas, porque hice esa tontería, parecen pequeños pero al sumarlos el resultado no eres tú, es un cumulo de pequeñas gilipolleces que fuiste haciendo. Uno lo diste por esquivar una roca, otro por que parecía que el camino por ese lado era más transitable pero al final de los finales, terminaste en un lugar donde no querías y teniendo que volver al camino original. Con el esfuerzo que eso supone y el tiempo que se pierde.

Pero luego uno sigue pensando, o bueno lo intenta, ya que pensar es algo que se hace poco, será porque cuesta. Piensas que aunque te desviaras de tu camino, aunque tuvieras que volver, que eso te costara tu tiempo y esfuerzo, has recorrido un camino que no pensabas, has visto cosas que igual no pensabas ver y te llevas experiencias que de otra forma no te habrías llevado, y si uno aprende algo de los pasos que da, porque aprender de todos es aprender mucho, no es malo del todo perderse para al final darse cuenta de donde estás. 

Saber donde estas y lo facil que es perderse es totalmente necesario para encontrar el rumbo.

lunes, 9 de mayo de 2011

El olvido es un eufemismo

Benedeti dice en su poema "Ese gran simulacro":


Cada vez que nos dan clases de amnesia
como si nunca hubieran existido
los combustibles ojos del alma
o los labios de la pena huérfana
cada vez que nos dan clases de amnesia
y nos conminan a borrar
la ebriedad del sufrimiento
me convenzo de que mi región
no es la farándula de otros

en mi región hay calvarios de ausencia
muñones de porvenir/arrabales de duelo
pero también candores de mosqueta
pianos que arrancan lágrimas
cadáveres que miran aún desde sus huertos
nostalgias inmóviles en un pozo de otoño
sentimientos insoportablemente actuales
que se niegan a morir allá en lo oscuro

el olvido está tan lleno de memoria
que a veces no caben las remembranzas
y hay que tirar rencores por la borda

en el fondo el olvido es un gran simulacro
nadie sabe ni puede/ aunque quiera/ olvidar
un gran simulacro repleto de fantasmas
esos romeros que peregrinaran por el olvido
como si fuese el camino de santiago

el día o la noche en que el olvido estalle
salte en pedazos o crepite/
los recuerdos atroces y los de maravilla
quebrará los barrotes de fuego
arrastrarán por fin la verdad por el mundo
y esa verdad será que no hay olvido.

El olvido es una patraña que nos hemos inventado con la intención de convencernos que podemos sacar de nuestra vida las cosas que no queremos recordar. Pero un olor, una canción o una imagen traen a nuestro presente los retazos de pasado que intentamos ocultar dentro del olvido. El olvido no puede eliminar el pasado, no puede borrar al niño que fuimos en el patio del colegio, ni a la chica que nos partió por primera vez el corazón y mucho menos la ultima, no puede borrar todos aquellos momentos en los que nos encontramos perdidos bajo la desesperación, ni las marcas que aquello nos impregno en la piel. Hay días que todos aquellos fantasmas salen de su cárcel de olvido y nos atacan por la espalda dejando que el niño que nos habita tome el control, haciéndonos sentir todas las derrotas que no quisimos recordar, turbando nuestra visión y haciéndonos mirar a través de unas gruesas gafas de recuerdos. Como un coche derrapando nos cuesta volver a retomar el control intentando no chocar, ni dañar la carrocería. Y al final conseguimos volver a la carretera con el menor numero de daños, porque con el tiempo vamos aprendiendo a derrapar y chocar.

La ventaja de la falsedad del olvido, es que igual que los fantasmas, te asaltan los días de rosas, de mañanas escarchadas, de cálido sol en la espalda y fresca hierba bajo tus pies, las noches sin fin, las habitaciones sin salida ni ventana, esos finales sudorosos y los momentos eternos.






domingo, 24 de abril de 2011

Todo el mundo miente

Todo el mundo miente. La mentira es egoísta, porque nace de la intención del mentiroso a no enfrentarse con las consecuencias de decir la verdad.Quien dice que mintió por el otro miente, mintió por el mismo por no afrontar el dolor que causaría, por evitar un enfrentamiento por no tener que explicar los motivos reales, de los que no esta demasiado seguro, por vergüenza o miedo. Pero en definitiva por egoísmo.

Hay personas que se mienten a si mismas, que inventan una historia que justifique sus mentiras, un razonamiento que le de la razón cuando en el fondo saben que no es verdad. Te miran a los ojos y te mienten, tu sabes que no es cierto, pero ella lo dice con toda seguridad, porque se esta mintiendo a si misma, tu solo eres un oyente. Pero la mentira es cobarde y es fácil, la verdad siempre necesita valentía y es un paso difícil. Cuando hay pocas fuerzas una mentira reconforta, da una razón y un camino, justifica tus actos. Otras veces es el camino más corto, cuando llegar a la verdad es una ardua tarea.

Con el tiempo es curioso ver como las mentiras van cambiando, se van transformando a medida que la realidad las desmonta, se van dando nuevos argumentos que sostengan las mentiras, como nos seguimos mintiendo huyendo de la incomoda verdad. Hasta que un día la verdad te atrapa y no tienes más remedio que aceptarla. Olvidando lo ilógico del camino recorrido.

Equivocarse no es mentir. Pensar sinceramente que las cosas son de una manera y luego darse cuenta que te equibocaste, que no eran asi, no es mentir es solo errar.



lunes, 22 de noviembre de 2010

Tu momento y tu lugar

Dicen que la vida no se mide por los momentos que respiramos, si no por los que nos dejan sin respiracion. Pero a mi me faltan muchas mas unidades de medida, también pondria los momentos de dolor, los que te hacen forzar una sonrisa sin saber porque, los momentos en los que parece que el tiempo no existiera, o esos momentos donde todo encaja, donde todo va bien y sientes que en ese momento todo es perfecto.

Hay momentos en los que rodeado de gente de repente es como si salieras de ti y miras al mundo como si no importara, te sientes sereno y seguro, en esos momentos descubres que realmente eres tu, que todo esta bien, que el mejor sitio de este mundo es donde tu estés, porque si estas contigo mismo ya es bastante. Las cosas pierden importancia, el tiempo pasa lento y el viento sopla a tu espalda. Son esos momentos donde te das cuenta que ya encontraste tu sitio, que ya encajas, porque encajas dentro de ti y el resto del mundo no es tu problema.

Nos pasamos la vida fingiendo buscando un sitio donde encajar, donde pertenecer a algo mayor, para ello te disfrazas de modas, te encajas con calzador en moldes. Todo para no sentirte solo inventas una versión de ti mismo que pase la censura, recortas un poco por aquí y un poco por allá, buscando esos momentos de felicidad. Pero no llegan, ese no eres tu, con lo cual esa felicidad no es tuya.

Un día en cualquier barra de repente el mundo enmudece y en medio de ese silencio todo esta bien, en ese momento sabes que eres feliz, te da cuenta que perdiste la mascara hace tiempo, que el molde no pudo contenerte desquebrajándose, en ese momento sonríes y eso ya es eterno.