sábado, 31 de julio de 2010

El ciclope que quería no saber

Una vez existió un ciclope solitario que vivía en las montañas. Cuentan las historias del lugar que un día el dios del amor efireo estaba aburrido y como diversión bajo a la tierra en forma humana, con la intención de conquistar a una bella doncella.
Así apareció atabiado con hermosos ropajes y un bravo corcel en la vera del camino que llevaba al pueblo, pero los dioses viven muy arriba y no saben realmente nada de la vida abajo, cuando iba de camino su ropa y su caballo despertaron la atención de un grupo de bribones que escondidos en el bosque vigilaban.

Efireo fue asaltado por sorpresa haciéndole caer de su caballo, el miedo se apodero de él, no podía creer que ningún mortal osara atacarlo, pero para los ladrones el solo era un ricachón que tenía más dinero que ellos. Y justo cuando efireo vio peligrar su vida el ciclope apareció salvándole la vida y haciendo huir a los ladrones.

Efireo agradecido con el ciclope decidió hacerle un regalo a su salvador, pero los dioses no tienen ni idea de la vida abajo, y le dio como regalo el conocimiento del día y la forma en la que el ciclope moriría, y desapareció volviendo al cielo.Desde aquel día el ciclope nunca fue el mismo.

Un día un chiquillo del pueblo se le acerco y le pregunto que era lo que más deseaba, el ciclope le respondió la ignorancia.

viernes, 23 de julio de 2010

La ruta

Retomando viejas ideas del evernote.

Ya había amanecido, se levanto de su litera, había dormido bien a pesar del vecino de al lado que roncaba como un oso, había llegado muy cansado ni se entero de los ronquidos. Se dirigió al aseo común del albergue para lavarse la cara, cepillarse los dientes y quitarse de encima los restos de sueño que le quedaban, una vez despierto del todo empezó a prepararse la mochila para seguir con la ruta.

Había llegado allí por el camino que pasaba justo por la puerta del albergue y ese era el camino más lógico para seguir el viaje, pero claro ¿luego qué?. En el porche del albergue miro el mapa, consulto la brújula y se dio cuenta que tenía un problema, sabía donde estaba, tenía más o menos claro donde quería llegar, pero lo que no sabía era el rumbo a tomar, porque para llegar al final del viaje podía ir por los valles por los que transitaba el río, pero también atravesando las montañas, los dos caminos llegaban al final, aunque si lo pensaba bien podía ir en barca en lugar de andando mucho más cómodo aunque tuviera los peligros del río. Muchas rutas para llegar al mismo sitio.

Estaba deliberando cuando otro caminante salio del albergue y le pregunto:
- ¿Qué te pasa? ¿No sabes donde quieres ir?
- El destino lo tengo más o menos claro, lo que no se el rumbo que debo tomar, muchos caminos que van al mismo sitio y no se cual es el correcto.
- Entonces no tienes problemas, mira coge mi gps, tu le dices donde quieres ir y el te lleva sin ningún problema por el lugar más fácil y rápido.
- A ver, mira yo quiero ir al lugar donde se cumplen todos mis sueños.
- Sin problema yo lo meto aquí y en seguida te da el camino. Mira ya esta este es el camino.
- Pero si solo había un lugar con ese nombre, como sabes que es el lugar donde se cumplen todos mis sueños, es que vale el mismo para todo el mundo?
- El gps tiene los lugares más usados, si el dice que ese es el lugar, es que es el lugar de todo el mundo, el que hay y no hay más esto no se equivoca.
- Pues a mi no me convence, estoy seguro que yo no quiero ir al lugar que marca tu gps.
- Bueno tu veras, yo me voy que se me hace tarde, según el gps llego 2 años tarde, si es que me entretuve mucho jugando al mus en la carrera y ahora toca correr, ¡hasta luego! que tengas un buen viaje.
- ¡hasta luego!.

El viajero se fue siguiendo a su gps y él estaba en el mismo sitio que antes, sin saber cual era la mejor ruta para llegar a su destino, que para colmo tampoco tenía muy claro cual era, sabía que estaba más o menos al norte pero no sabía si estaba cerca o lejos. La verdad es que no tenía las cosas muy claras, y el caso es que ayer si tenía una ruta, pero no estaba seguro de ella dudo y cuando se aseguro que esa era la ruta había perdido el papel donde estaba apuntada, no la había cuidado al no darle valor y eso ya no tenía solución.

Mientras él estaba enfrascado en sus pensamientos viajando su mirada del mapa a la brújula y vuelta al mapa, el dueño del albergue se le acerco y le pregunto:
- ¿Qué te pasa? has madrugado mucho y te has levantado de los primeros, parecías muy decido y aun sigues aquí.
- Ayer tenía la ruta por la que quería ir pero la perdí, y ahora no se que ruta elegir, si bordeo la montaña, si cojo el camino del valle o si me voy en barca, no encuentro la mejor ruta.
- Ya, es que nunca la vas a encontrar.
- ¿Como?, habrá una ruta que sea la mejor ¿no?.
- Si claro que la hay, pero no es la misma para todo el mundo, el montañero prefiere bordear los escarpados picos, el marino va en barca por el río. Hay gente que hace un tramo en barca y el otro andando, e incluso hay gente que viaja en bici. No hay rutas malas o buenas, cada cual hace su viaje.

Dicho esto se dio la vuelta y se fue dentro del albergue. El viajero se quedo pensando, guardo el mapa y la brújula, se puso la mochila y empezó a caminar. Decidió que el camino le fuera guiando que ya encontraría la ruta más adelante, no tenía prisa y el paisaje era muy bonito .