viernes, 29 de octubre de 2010

Las capas

Hace mucho tiempo me contarón este cuento, no recuerdo donde ni quien me lo conto, de hecho no me acuerdo casi del cuento, a si que entre mis recuerdos y mi imaginación voy a intentar recrearlo.

Había una vez un labrador que preparo su campo para cultivar, iba a plantar unas raras semillas de un fruto llamado cebolla,que le habia traido un viajero de oriente. Planto las semillas, abono el campo, lo cuido y rego hasta que las semillas germinaron. Una vez germinadas de las semillas nacieron unas cebollas preciosas, con vivos colores llamativos, creando combinaciones fascinantes. Era imposible pasar por al lado y no fijarse en ellas, pero la envidia es una mala consejera que muerde sin hambre. Los vecinos envidiosos de la vistosidad y belleza del campo de su vecino cada vez que pasaban por su vera criticaban y despreciaban a las pobres cebollas, vaya colores más horteras, pero si eso no se podrá comer, seguro que es venenoso. Y las pobres cebollas que eran muy sensibles se pasaban el día recibiendo insultos injustificados y llorando. Poco a poco para defenderse de ese aluvión de improperios se fueron encerrando en capas, una tras otra, que ocultaban su belleza bajo feas pieles, hasta que un día no quedo nada de toda aquella belleza, solo unas cebollas marrones y simplonas. Por eso, dice la leyenda, que cuando abrimos el corazón de una cebolla lloramos.

Este cuento me bino a la cabeza una noche que no creo que olvide. Huía de las fiestas locales de mi ciudad, no me apetecía tanto ruido, y me fui a Madrid a ver a mi amigo y asociado, ninguno de los dos estábamos pasando un buen momento, todo lo contrario. Una noche sentados en la terraza de su casa tomando una cerveza tuvimos una conversación intensa, el me apretaba mostrándome las verdades que yo quizás no quería ver, poniéndome a mi mismo contra la pared, de esa forma que solo los amigos de verdad pueden hacer, con la dureza justa y el cariño necesario, de esa gente que se gano el derecho a mirarte a los ojos y decirte la cruda verdad sabiendo que es por tu bien y tu lo sabes. Al final me hizo llorar y que se me cayeran todos los escudos, en ese momento me dijo una frase que se me quedo grabada, ya te has desprendido de una piel, ya era hora estabas tardando demasiado. Fueron tiempo de sueños rotos y burbujas explotadas, de caídas contra el duro suelo y salir al mundo real dejando un poco atrás mi mundo de fantasía.

Pero es el símil de la piel y las capas lo que me llamó la atención, y es que creo que como las cebollas yo nací, supongo que todos, con unos colores vistosos, siendo distinto a los demás y los demás se ocuparon, con mi permiso, de que me encerrara entre tantas capas como fuera posible. Pero con el tiempo ves que la vida te va quitando esas capas, que cada vez que sufres una profunda herida por ahí esa capa se resquebraja y lo que resulta es algo que es más tu, emerge algo que se parece más a tu verdadero ser. Mas autentico y personal, más independiente, como un ave fénix resurgida. Sera mi sino que cada verano algo haga que pierda una piel.

Las perdidas no son malas, y los dolores hay veces que son necesarios, de vez en cuando tenemos que perder cosas, tenemos que perdernos, para poder encontrarnos, pasa saber cual es el camino que de verdad queremos recorrer y andarlo, para enfrentarnos a nosotros mismos y saber de que estamos hechos y que es lo que de verdad hay dentro de nosotros. Aunque cada vez que nos perdemos pagamos un coste variable, así es la vida, injusta como pocas cosas, pero no hay otra. Hasta que no me demuestren que después de esta hay algo mejor, prefiero vivir la como si no lo hubiera.

jueves, 21 de octubre de 2010

Cuanto tiempo.

Esta noche alguien me ha vuelto a decir "te quiero". Hacia mucho tiempo que nadie me lo decía y casi lloro. Ha sido la mujer de mi primo, mi prima, una persona que me conoce desde que tengo 8 o 9 años, a la que siempre le he tenido mucho cariño y a su marido, mi primo, también, a sido después de una conversación que me ha pillado sincero, extrovertido y de un cariñoso nostálgico que no suele darse en mi, pero que ultima mente se da con más frecuencia, me estoy haciendo mayor y me importan menos más cosas, y me importan más menos cosas.

Eso me ha hecho pensar, ¿de donde sale realmente el amor?. Nuestros padres nos quieren porque somos una parte de ellos, porque ellos nos crearon, nos criaron y nos cuidaron, esta claro que nadie es perfecto, pero nosotros tampoco y con el tiempo entiendes que son personas, con sus filias y fobias, con sus traumas, sueños rotos y anhelos. Es inevitable que todo eso no se destile en la educación que nos dan. A tus hermanos los quieres porque son de tu sangre porque en cierto modo compartis un trozo de persona y eso es un lazo que une. A la familia por lo mismo pero ya más lejos porque el trozo que se comparte es mucho más pequeño, esta claro que el roce hace el cariño y sin ese roce se pierde el cariño. A tus amigos por las experiencias vividas, porque cuando te caíste ellos te tendieron la mano para ayudar a levantarte, diciéndote tranquilo que eso no es nada, el ojo te lo meten otra vez, y la pierna con un par de puntos te la vuelven a poner. A tu pareja porque te completa, porque a su lado eres tu mismo, porque es como encontrar una parte de ti que te faltaba.

Queremos por uniones, por vinculos, pero quien crea esos vinculos. Siempre he dicho que para recibir primero hay que dar, supongo que en el amor pasa algo parecido, para que te quieran debes de querer. Ese debe de haber sido mi problema siempre, el no haber demostrado lo que realmente pasaba dentro de mi, el no haber besado cuando me moría de ganas, el no haber abrazado cuando quería hacerlo, el no haber dicho suficientes veces "te quiero". Y todo por miedo, miedo a no saber si era la situación correcta, a que pensaran, si era el momento oportuno o si no se iba a interpretar de la manera correcta. Demasiadas normas inútiles, demasiados tabús autoimpuestos, demasiadas capas, por miedo, falta de autoestima o critica feroz a mi mismo.

Pero con el tiempo uno aprende, aprende a tirar cosas que no sirven, a quitarse normas inútiles y ser uno mismo, no volveré a cometer los mismos errores, ya no tengo miedo al fracaso, y se que muchas veces no estaré a la altura de mis expectativas, pero eso es ser humano. Aprendí a derrapar y chocar contra la pared, a volar sin motor aunque me caiga, a resurgir de mis cenizas y saber que la vida me dará otra oportunidad de hacer las cosas bien, ya sin tantas capas, sin tantas pieles.

 

P.D: No se si esta canción tiene mucho que ver con la entrada, pero yo creo que si, me encanta la melancolía que destila y era la que estaba sonando mientras escribía y su marca esta en la entrada.

martes, 5 de octubre de 2010

Amor o obsesión

Últimamente el facebook de una amiga a traído a mi cabeza una pregunta que me hecho con frecuencia a lo largo de mi vida, ¿donde termina el amor y empieza la obsesión?. En su caso se encuentra en el borde de la fina línea que separa la cordura y la locura amorosa. Hay situaciones que ponen a prueba el aguante y la estabilidad emocional y mental. Cada vez que pienso en esto me acuerdo de mi poema favorito de mi autor favorito, el poema XX del libro 20 poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda. Lo leí cuando aun era un tierno adolescente y me encanto se me clavo dentro y nunca me lo pude, seguramente nunca quise, sacar.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: " La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

Al fin al cabo el amor tiene un componente de obsesión, porque que es si no el estar todo el día pensando en la persona amada, esperando que suene el teléfono y sea ella, deseando que aparezca conectada para hablar con ella. ¿Que es eso sino obsesión?, el no imaginar como sería tu vida si ella no estuviera. El problema es cuando desaparece el amor y solo queda esa obsesión, ese sentimiento de perdida. A los humanos muchas veces no nos atrae ganar en el fondo pensamos que no lo merecemos, eso si no soportamos perder, pensar que algo que era nuestro ya no lo es, es uno de los sentimientos más fuertes, he aquí donde nace la obsesión, de la necesidad de llenar un hueco de pensar que si ella volviera todo volvería a estar bien, el circulo se completaría, la vida volvería a ser del color de las piruletas y nosotros seriamos para siempre Richard Gere en oficial y caballero. Pero la vida no funciona así.

Alguien como yo tendiente a las obsesiones temporales, que necesita comprender porque y como funcionan las cosas y hasta que eso no esta respondido las ideas no salen de mi cabeza, es curioso que tenga muy claro cuando se siente obsesionado por algo y cuando de verdad esta enamorado, a alguien como yo que enamorarse es tan difícil. Supongo que sera porque sé lo que es estar enamorado, si me muriera mañana una de las pocas cosas de las que no me arrepentiría que la muerte que impidiera hacer sería esa. He querido como yo entiendo que se debe querer, con el corazón, el alma y la vida, hasta que me rabie de dolor el estomago y me estalle la cabeza, lo que es amar a alguien más que a ti mismo, viviendo momentos de absoluta felicidad, blanca, perfecta y luminosa felicidad, recuerdos que perduraran por siempre en mi. Sé lo que es que alguien te quiera de la misma manera, sentir que dos personas ocupan un único lugar.

Haber querido de verdad y haberse sentido igual de querido es algo muy difícil de lograr en esta vida, donde hay tanta gente que nunca ha amado a nadie sinceramente, que nunca se dejo querer, que viven su vida sumidos en una tristeza interior siendo conscientes que nadie los quiso de verdad.

La obsesión es egoísmo, es te necesito a ti pero para que mi vida este completa, mi felicidad depende de que tu estés aquí, pero en ningún momento se piensa en la otra parte, en si ella de verdad quiere estar a tu lado. Sin embargo el amor es otra cosa, el amor lleva un componente de generosidad, es pensar que si mi amor no fue suficiente, que si no pude o no supe amarla como ella se merecía, la culpa fue mía y si debo dejarla marchar para que sea feliz al lado de otra persona, si su felicidad se encuentra en otra parte, debes dejarla ir. Aceptar la derrota con la cabeza alta y esperar que el tiempo vuelva a cruzar vuestros caminos, en el momento y lugar donde seas capaz de amarla como ella merece o que no los cruce más. Eso es amor, cada vez que a tu cabeza vuele un recuerdo, pensar de manera tranquila que en el lugar que este ahora sera más feliz.

Yo creo que a las personas que llegas a querer de verdad, nunca las dejas de querer, nunca pierden ese rincón privado dentro de tu corazón. Pero también creo que tenemos una capacidad infinita de amar y eso permite que la vida siga, que sepas que la ilusión volverá a llamar a tu puerta traída de la mano de un niño, porque la ilusión siempre debe de ser infantil, y te volverás a enamorar, y quizás te volverán a partir el corazón, pero supongo que eso es vivir, sentir.